Tras el madrugón, llegamos a Madrid y comenzó el interminable viaje de ida que nos llevaría primero a Toronto y tras una pequeña escala, a Vancouver. Aunque aquí eran las 19:00 horas, en España se correspondía con las 4:00 de la mañana.
De esta manera, cansados pero expectantes, fuimos recibidos por las familias y profesores del West Point Grey Academy. Fue un momento emocionante, ya que por fin estábamos cara a cara con aquellos con los que durante meses nos habíamos estado comunicando.
Ese primer día pese al cansancio, hemos acusado el desfase horario, pero seguro que merece la pena “sufrir” este pequeño desajuste.
Lourdes, un beso muy fuerte desde Pucela. Me alegro mucho mucho de que todo vaya estupendamente.
ReplyDeleteSeguiremos vuestras andanzas a orillas del Pacífico.
Un besazo.
José Luis Alcalde.
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ReplyDeleteEsta muy bien
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